El salmón es una manera fácil y bastante barata de acceder a pescado fresco y azul. A veces se comenta que es demasiado graso. Es verdad , pero cocinándolo con precaución podemos evitar el inconveniente.
Si lo hacemos a la plancha, dejemos secar sobre papel absorbente. Si lo cocemos, en el agua quedará en ella la mayor parte de la grasa.
Las salsas realzan el sabor y le dan un toque interesante.
Las rodajas de salmón las secamos con cuidado, salamos y las ponemos sobre la plancha bien caliente untada con un aire de aceite de oliva.
Cuando está hecho por un lado, lo giramos con ayuda de una espátula y lo hacemos por el otro lado. Hay que atender mucho a que no se seque; sin que esté crudo tiene que quedar jugoso.
Lo retiramos y dejamos que el papel de cocina absorba el exceso de grasa.
Lo emplatamos y espolvoreamos con perejil o eneldo picado.
Al lado podemos poner la salsa o servir en salsera.
Cuando está hecho por un lado, lo giramos con ayuda de una espátula y lo hacemos por el otro lado. Hay que atender mucho a que no se seque; sin que esté crudo tiene que quedar jugoso.
Lo retiramos y dejamos que el papel de cocina absorba el exceso de grasa.
Lo emplatamos y espolvoreamos con perejil o eneldo picado.
Al lado podemos poner la salsa o servir en salsera.
Salsa tártara
A la mayonesa le añadimos huevo cocido, cebolla y cebollino picados. Al final le mezclamos una cucharada de postre de mostaza clásica (con grano).
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