martes, 30 de julio de 2019

Judías verdes al roquefort




Cocemos judías verdes tan tiernas como consigamos robar / comprar. Las enfriamos rápido y las ponemos a escurrir.
Tan simultáneamente como podamos pochamos una cebolla con un par de dientes de ajo. Al civilizarse la cebolla, añadimos siete tomates previamente rallados al sofrito y dejamos que vaya espesando. Espesado, le ponemos una cucharada o dos, si andamos deseosos, de salsa pesto o un puñado de hojas de albahaca.
Concentrado el mojo, añadimos a la cazuela las judías verdes en cantidad proporcional a la salsa que tengamos y del dejamos coger sabor durante diez minutos a fuego suave pero que permita la concentración del guiso.
Al cabo, cortamos un trozo de queso azul y lo incorporamos desmenuzado al conjunto. Revolvemos para que las sustancias se homogenicen y dejamos cinco minutos más al fuego suave después de haberlo salpimentado.
Emplatamos y desmenuzamos sobre el servicio cantidad aleatoria de más queso azul.


viernes, 12 de julio de 2019

Pollo asado en "cocotte" con salsa de cebolla y apio



Tómese un pollo honrado que haya vivido  feliz y contento picoteando libre. Límpiese convenientemente y salpimiéntese el interior. La exterior se untará con un engrudo de mantequilla, sal y pimienta.
Dispóngase con previsión una “cocotte” o cazuela de fondo grueso en la que la pieza quepa cómoda con buen aceite de oliva. En esta grasa se dorará la pieza sin dejar lado sin este cuidado. Hecho, se retira.
Prevéngase, mientras tanto, cortar una cebolla en aros gruesos como de medio centímetro; alguna rama de apio al tamaño de  patatas fritas y un par o tres dientes de ajo que, chafados, irán con el resto de vegetales al fondo de la cazuela.  Se trata de hacer cama que humedezca la pieza durante la cocción al tiempo que aporta aromas a la carne blanca del ave.
Sobre este lecho, reposará la gallinácea. Tápese la cazuela y dulcifíquese el fuego a intensidad media –baja. 

 

Al cabo de unos cuarenta y cinco minutos, aproximadamente, se descubrirá el recipiente y apreciándose un pollo con la cocción adelantada y vegetales cocidos en un caldo sabroso.
Retírese pollo y verduras por separado. Se reducirá el líquido de la perola  casi en su totalidad y,  al instante, el pollo se volverá a la cazuela con la intención de que coja color en cocción más seca a fuego medio. Es precaución importante, adicionar más mantequilla para que no se pegue el animal y voltearlo convenientemente para que se haga con bonito color por todas sus caras.
Se vuelve a poner a resguardo la pieza y todas las verduras pasan a desglasar las caramelizaciones del fondo del recipiente; ayudará a este trabajo,  un chorro de blanco seco o fino de Jerez. La cocción lenta de este fondo se favorecerá con el chafado y sazonado de las verduras, dando salsa espesa y sabrosa en la que el pollo volverá a tomar temperatura antes de ser trinchado y servido.
Aquí fue salseado y acompañado por ensalada de repollo aliñada con vinagreta y mahonesa casera.






lunes, 8 de julio de 2019

Huevos revueltos con tocineta y aguacate



Cortamos en pequeños lardones unos 50gr de tocineta y los salteamos en la sartén con una pequeña cantidad de aceite de oliva hasta que quede crujiente.
Mientras tanto batimos tres huevos de gallinas felices y troceamos medio aguacate en cubos.
Retiramos la tocineta, dejamos bajar la temperatura de la sartén y vertemos los huevos que inmediatamente revolveremos. A medida que vayamos necesitando le daremos calor pero no tanto que cuajen rápido. Se trata de que lo hagan poco a poco y que queden  cremosos.
Añadimos el aguacate y una buena pizca de cilantro si es de nuestro gusto. Continuamos agitando suave al tiempo que salpimentamos. Cuando falte poco para que cuaje completamente,  o sea; tienen textura de crema, añadimos la tocineta reservada y rallamos queso de oveja sobre el conjunto.
Llevamos al plato, ponemos más queso y perejil por encima y listo.



miércoles, 3 de julio de 2019

Cazuela de bacalao con cebolla



Nos hacemos con bacalao desalado bien escurrido de agua.  Calentamos aceite de oliva en una cazuela y infusionamos ajo laminado y una guindilla troceada.
Ponemos el bacalao en el aceite templado y vamos agitando sin dejar que hierva. Se trata que se vaya haciendo lentamente dándole la vuelta para que se vaya cociendo por igual. Mientras tanto laminamos una cebolla.
Una vez hecho, ya blandea… Retirado el bacalao pochamos la cebolla en el aceite, a medio hacer añadimos el bacalao, un chorrillo de vinagre y terminamos el plato cuando los vapores del vinagre hayan desaparecido.