Hay buenos mejillones en conserva. En casa consumimos bastantes a la hora de almorzar o merendar. No obstante nos gustan más cuando los preparamos nosotros. Es por la cocción, un mejillón demasiado cocido se acartona mucho; si tiene su punto, es una delicia.
Servirlos en las latas de mejillones en conserva es un guiño a la modernez; hay algún supercocinero que incluso manda fabricar latas de imitación para servir un caviar de manzana, pero, bien pensado, es algo bastante antiguo. Hace muchos años, las conservas iban en su lata a las mesas de lujo, de ahí los ricos diseños que las adornaban. Ahora sólo va en su lata el caviar iraní, para que se sepa que es iraní y caro, muy caro, que es lo que viste y calza.
Bien pues en casa esto lo hacemos con los mejillones y ponemos una lata sin señas porque son un genérico… mejillones gallegos genéricos…Con un par.
La receta
Cocer los mejillones poniendo en el fondo del recipiente dos dedos de agua, un chorro vino blanco y unos granos de pimienta negra machadados.
Poner el líquido al fuego, cuando hierva ponemos los mejillones y tapamos el recipiente.
Nada más abrir los mejillones, se retira del fuego y se sacan de la olla.
Colamos el líquido y reservamos.
Abrimos los mejillones y los retiramos de la concha sin romperlos. Es el momento de sacarles la barba.
Vamos dejando los mejillones en el líquido de cocción y los reservamos.
Para hacer el escabeche, en una sartén ponemos aceite de oliva y calentamos sin que humee.
En una taza laminamos unos dientes de ajo y sobre él vertemos el aceite caliente. Los ajos se doran y el aceite se perfuma. Añadimos una hoja de laurel.
Dejamos enfriar y ponemos pimentón, con tino. (Si nos pasamos con el pimentón en cualquier salsa o sofrito conseguiremos hacerlo desagradable.) Removemos para que se mezcle.
Ponemos un buen chorro de vinagre –en realidad la cantidad de vinagre dependerá de nuestro gusto- y calentamos mientras removemos vigilando que no se queme el pimentón, si ennegreciera habría que comenzar de nuevo.
Dejamos enfriar.
Ponemos los mejillones escurridos en un recipiente hondo y los cubrimos con una mezcla mitad agua de cocción mitad escabeche colado.
Podemos comerlos inmediatamente pero es conveniente esperar 24 horas. Los llevamos a la mesa dentro de las latas que previamente hemos guardado a tal fin.
Poner el líquido al fuego, cuando hierva ponemos los mejillones y tapamos el recipiente.
Nada más abrir los mejillones, se retira del fuego y se sacan de la olla.
Colamos el líquido y reservamos.
Abrimos los mejillones y los retiramos de la concha sin romperlos. Es el momento de sacarles la barba.
Vamos dejando los mejillones en el líquido de cocción y los reservamos.
Para hacer el escabeche, en una sartén ponemos aceite de oliva y calentamos sin que humee.
En una taza laminamos unos dientes de ajo y sobre él vertemos el aceite caliente. Los ajos se doran y el aceite se perfuma. Añadimos una hoja de laurel.
Dejamos enfriar y ponemos pimentón, con tino. (Si nos pasamos con el pimentón en cualquier salsa o sofrito conseguiremos hacerlo desagradable.) Removemos para que se mezcle.
Ponemos un buen chorro de vinagre –en realidad la cantidad de vinagre dependerá de nuestro gusto- y calentamos mientras removemos vigilando que no se queme el pimentón, si ennegreciera habría que comenzar de nuevo.
Dejamos enfriar.
Ponemos los mejillones escurridos en un recipiente hondo y los cubrimos con una mezcla mitad agua de cocción mitad escabeche colado.
Podemos comerlos inmediatamente pero es conveniente esperar 24 horas. Los llevamos a la mesa dentro de las latas que previamente hemos guardado a tal fin.
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