lunes, 10 de marzo de 2008

Carnero asado al modo castellano




Carnero, sí; no cordero, carnero era (lat. agnus carnarius; cordero de carne).
Un amigo mató uno de su propiedad y nos hizo llegar una paletilla y un trozo de costilla.
Bien, se convocó reunión para decidir cómo cocinarlo; dos fueron las posiciones más sólidas. La primera apoyaba hacer una sanfana portuguesa porque no se fiaba de la blandura del animal. La segunda pedía un asado al modo castellano que respetaría más el sabor del bicho y, siendo casero – pobre optimista- la dureza no sería tanta. Gano la segunda opción que, he de confesar ya, era la mía. Equivocación total.
Mi tío Cosntante prepararó la primera sanfana que comí. La sanfana viene siendo un braseado de carne sin dorar, previamente adobada en vino con hierbas y hortalizas aromáticas, lo que los entendidos llaman una “daube”. Se hace al horno, con la vianda sumergida en el vino aromatizado del adobo durante aproximadamente tres hora. Esta técnica de cocción hubiera ablandado la carne. Pero no optamos por esto, lo asamos a la castellana.
El asado castellano es para cordero o cabrito, no para carnero. El paladar y aspecto no eran malos, pero estaba demasiado duro. Lástima, Fin, cuando nos traigas otro corregiremos rumbo.
Asado al modo castellano
Calentamos el horno a 150°
Humedecemos los cuartos del cordero con agua salada, no demasiado salada porque esta agua participará en la salsa final.
En la fuente de horno ponemos agua salada, un dedo. Sobre esta, la rejilla con el cordero.
Asamos durante 30 – 40 minutos a 150°, pintándolo cada cuarto de hora con el agua salada de la bandeja mezclada con el jugo que va soltando.
Mientras tanto vamos poniendo al calor una nuez de manteca de cerdo para que se vaya fundiendo lentamente.
Cumplido este primer tiempo, lo sacamos del horno y lo pincelamos con la manteca de cerdo fundida y le damos la vuelta para devolverlo al horno a la misma temperatura durante unos 40 – 50 minutos.
Transcurrido el tiempo de cocción hay que dorarlo, subimos la temperatura al máximo, unos 250°, y lo dejamos estar hasta que se dore.
Lo sacamos y lo reposamos tapado durante media hora en la boca del horno apagado.
Mientras, desglasamos la fuente y reducimos la salsa si fuera necesario.
Servimos con una buena ensalada de lechuga y/o verduras al vapor.

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