jueves, 14 de abril de 2016

Caballa a la plancha con sus huevas aliñadas




Todas las casas deberían tener pescadera/o de cabecera como tenemos médico asignado. Quiero decir que es fundamental tener una persona de confianza que nos suministre, en este caso, pescado. Recomiendo cultivar estas relaciones por el bien de nuestra salud y el placer de nuestro paladar.

Pues bien,  a esa pescantina de cabecera se le compran caballas (verdel, rinchas, barat…) fresquísima. Nos las deccapita y eviscera, reservando los sacos de huevas de aquellas que las contengan.
Las libera de la  espina central. En casa las  dejamos escurrir habiéndolas salado con sal marina gruesa.

A cocinar.
En agua salada se hierven las huevas durante unos cinco minutos. Se retiran y se dejan enfriar hasta el momento de aliñarlas.

Calentamos la plancha a todo calor. Echamos sobre ella un chorrillo de aceite y asamos los peces primero por el lado de la piel. Se voltean en unos tres o cuatro minutos y se pasan durante otros tres. Deben quedar bien hechos pero no secos.


Mientras tanto abrimos los sacos de las huevas (v. fotos) y las aliñamos con sal marina gruesa, pimentón dulce y picante en la proporción que nos guste y aceite de oliva virgen extra.

Aliñamos una lechuga con un par de corte de cebolla.

Emplatamos la caballa, la guarnecemos de limón y regamos con un chorro de aceite y lo llevamos todo a la mesa.

Acompañamos con una copa de vino tinto. Bueno... o blanco.


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