Es plato es para preparar la noche anterior, lo dejas a fuego muy suave y te dedicas a hacer lo que más te apetezca.
Sin retirarlos de la brasera, añadimos ajo y cebolla picados, pimienta, orégano y sal.
Es el momento de añadirle también unas hebras de azafrán.
Viertes sobre el conjunto un chorro de vino blanco seco.
Tapas la brasera y dejas cocer a fuego muy suave durante una hora y media.
Vigilamos que no se quede sin líquido, si hiciera falta le añadiremos un poco de caldo de verdura o agua, si no tuvieras a mano caldo.
Después de una hora de cocción a fuego muy lento, añadiremos la zanahoria y patatas.
Comprobemos que todo esté cocido convenientemente; lo retiramos del fuego y dejamos enfriar. Si lo comeremos al día siguiente, no es necesario guardarlo en la nevera.
Lo calentaremos en micro, horno o a fuego suave.
Me gusta acompañarlo de abundante ensalada de lechuga.
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