Eladio Rodríguez González (1958-1961): Diccionario enciclopédico gallego-castellano, Galaxia, Vigo
SARDIÑA s. f.
Pez marino.
La sardina tiene generalmente de cuatro a seis pulgadas de largo, por una de ancho; es muy sabrosa; se come compuesta de muchas maneras; en nuestras costas fué y aún es la base de pesquerías importantes; entra en las rías gallegas hacia el mes de junio, en tropas muy numerosas, y sigue entrando hasta fines de diciembre, para salir en enero y febrero. En su venida a las rías gallegas, especialmente a la de Pontevedra, y ya en la costa próxima o a la entrada, los grandes bancos de sardinas ofrecen manchazos de color de barro obscuro; y así dicen los pescadores que vai barreira o vai negrón. Se asegura que los movimientos más importantes de la sardina son hacia el sol, y especialmente siguiendo la luna, pues se ha observado que su venida en masas y su desaparición sensible coinciden como las fases más visibles de aquel satélite hacia el cual caminan. También notaron nuestros pescadores que las tempestades de veraneo la atraen, pues se la ve dirigirse en varias bandas hacia el punto sobre el que aparece la formación de la tormenta. Estos movimientos están supeditados, influidos o modificados por otras causas, con las mareas, los BALOS, la persecución de los cetáceos, el verano o el invierno, pues ya es sabido que con el frío se mueve con mayor rapidez que con el calor. Dentro de las horas del día, el mayor movimiento de los enjambres de sardina se observan al salir y al ponerse el sol; y de esas dos horas del día, aún es mayor el de la tarde que el de la mañana, los cuales se aprovechan para los lances á luzada y ó axexo, advirtiéndose que el movimiento de la mañana disminuye pronto, porque la sardina suele reposar durante el día, yéndose al fango del fondo, en donde queda acamada, pues se la ve en grandes extensiones clavada de cabeza en el lodo, como dos tercios de su longitud, moviendo la cola y muy apiñada. La sardina fué y continúa siendo una de las más importantes riquezas de Galicia. Así no es extraño que la pesca de este clupeido estuvise protegida y amparada en los pasados siglos por ordenanzas especiales que concedían singulares privilegios a los que se dedicaban a ella con los cedazos y los cercos.
La sardinas se prepararon de muchas maneras para el consumo. Sardiñas areadas, aquellas a la que se les echan unas arenas de sal antes de prepararlas para ser consumidas. Sardiñas arencadas, las que se prensan en las fábricas de salazón para extraerles el SAÍN y tratarlas, después de estar varios días salándose en el PÍO. Después de colocarlas simétricamente en PANDERETES, TABALES y cascos de diversos tamaños se exportan al interior de España y se envían además a Francia, Italia, Cuba, Montevideo y Buenos Aires. Sardiñas asadas, las que con cabeza e intestinos se asan ligeramente en las brasas, en la parrilla o en el horno de la cocina, sin más condimento ni preparación que unas arenas de sal. Complemento obligado de las sardinas asadas son los CACHELOS, pero los sibaritas prácticos aseguran que el mejor modo de comerlas es con los dedos y sin tenedor. Sardiñas cabezudas, las que se venden al público con cabeza e intestinos, que sólo se preparan para asarlas o salarlas, pues ningún guiso le viene bien. Sardiñas cocidas, las que se cuecen sin más preparación previa que la de quitarles la cabeza y las tripas. Suele echárseles una ajada para darles mejor substancia, y suelen también comerse con cachelos. Sardiñas curadas, las que se salan primero y se secan después al aire libre o al calor de la lumbre de la cocina, envaretándolas para ello. Sardiñas da salmoira, las preparadas ligeramente en salmuera, espolvoreadas con sal molida, para exportarlas en cajas pequeñas a las plazas del interior y del exterior. Sardiñas do fume, sardiñas afumadas las que se tienen en SALMOIRA venticuatro horas en diciembre y enero; se ponen a media prensa; se envaretan para tenerlas quince días sobre las chimeneas, recibiendo la acción del mucho humo producido por la combustión de la leña de laurel, hiedras y otras ramas olorosas, método con el cual se convierten en una especie de cecina más delicada que la de los arenques holandeses. Sardiñas do pío, las que en los tiempos del cerco y del cedazo se preparaban después de rebozarlas ligeramente en sal sobre el mismo pilo de las fábricas de salazón. Por lo general se asaban con cabeza y tripa, así casi en fresco, resultaban sabrosísimas. Sardiñas en aceite, las que en las fábricas se preparan en latas después de fritas y se envían al Mediterráneo, Francia, Bélgica, Inglaterra, Cuba, Méjico, Chile, Argentina, Filipinas y otros muchos países. Sardiñas envaretadas, las que se ensartan por las agallas en una varilla para curarlas después en la cocina o al aire libre. Sardiñas enventradas, las que sin cabeza y sin tripas se llenan de sal y van en banastras y cajas a los mercados consumidores de España y del extranjero. Sardiñas escabechadas, las que se ponen en escabeche para conservarlas en latas y servirlas después como entremeses constituyendo esto una de las principales industrias conserveras en algunos puertos gallegos; Sardiñas escanchadas las que se dejan sin cabeza ni intestinos y se les quita además la espina central, abriéndolas de modo que queden de forma plana, como el bacalao. Así se fríen en aceite y a veces se rebozan en pan rallado o en harina con huevo antes de freírlas. Sardiñas escochadas llámanse así las sardinas a las que se les quita la cabeza y se les sacan las tripas, forma en la cual tienen múltiples aplicaciones como alimento. Sardiñas esparradas, las que en algunas faenas quedan de desecho y son recogidas por los pescadores prevenidos, para aprovecharlas en el consumo casero, después de tenerlas unos días en SALMOIRA; sobrante de las sardiñas do fume. Sardiñas fritidas, las que se fríen en aceite, rebozándolas en harina o en pan rallado con huevo batido. Sardiñas guisadas, las que se preparan en fresco y se guisan solas o con patatas, echándoles además tomates del tiempo o salsa de tomate, perejil, cebolla y otros varios condimentos. Unas veces se guisan en crudo, preparando el guiso en una tartera y echando luego las sardinas encima; y otras veces se cuecen las sardinas con patatas, y cuando están a punto se les echa por encima la refritada. Sardiñas lañadas, las que se preparan en almacenes, en casas o al aire libre, abiertas hasta la espina, pero sin quitarle ésta, desprovistas de la cabeza y bañadas de sal interiormente, colocándolas así en banastas, cestas y cajas de pino por capas circulares sobrepuestas, para ser consumidas en el mismo país. Hay las lañadas enteras y las de medio laño. Sardiñas prensadas, las que en las fábricas de salazón se ensartan por las cabezas en unas varitas delgadas, se lavan así en agua del mar y se pasan a las barricas o TABALES, estibándolas cuidadosamente, hecho lo cual se ponen en la prensa llamada el MORTO, para estrujarlas hasta extraerles la grasa y dejarlas secas. Sardiñas revenidas, llaman así en las Rías bajas y parte de las Rías altas de Galicia a las sardinas con cabeza que se preparan en los PÍOS o lagares de los almacenes de salazón, echándoles unas ligeras capas de sal. Se colocan en banastas dobles y en cajas, y en el país suelen consumirse bastantes. Sardiñas salgadas, las que sin cabeza ni tripas se salan interiormente, abriéndolas, pero sin ESCANCHARLAS, y colocándolas en TABALES, PANDERETES u otros recipientes para la venta pública. Tienen en esta forma gran aceptación. Sardiñas salpicadas, las que se preparan casi en fresco con muy poco sal y con cabeza o sin ella, para llevarlas en banastas y cajas al interior de España, Madrid, Zaragoza, Extremadura, etc. Sardiñas salpresadas, o salpresas, las que se preparan con unas ligeras arenas de sal antes de cocerlas, guisarlas, asarlas o freírlas. También así se exportan como las salpicadas .
FRASES:
Anque a sardiña está no prato, non é por falta de gato.
Á sardiña i á longaniza, ponas ó calor da cinza.
A sardiña i a muller, pequeniña, se pode ser, que canto máis pequeniña, millor tèn que saber.
A sardiña i o porco, se voaran, en moito máis se estimaran.
A sardiña, na chama, e a muller, na cama.
A sardiña por Abril, cóllea polo rabo e déixaa ir; por Maio, ásaa no rescaldo, e por San Xoan, xa molla o pan.
Botar outra sardiña, que outro ruín vèn da viña.
Cada sardiña tèn a sua espiña.
Cada un achega a brasa á sua sardiña.
Con unha sardiña pode pescarse unha troita ou unha anguía.
Mercar duas sardiñas, e dar catro fritidas.
Non hai sardiña sin espiña.
O que en Abril come sardiña, inda en Agosto lle pica a espiña.
Presta máis unha sardiña con gusto, que unha galiña con disgusto.
Quen queira mal a unha veciña, déalle en Abril sardiña.
Sardiña que leva o gato, tarde ou nunca volve ó prato.
Sardiña que o gato leva, gandida vai.
Sardiña salgada, ben cocida ou mal asada.
Sardiñas de Maio, sardiñas do diaño.
Se comes sardiña en San Xoan, mollaráchese o pan.
Trata en sardiña, e comerás galiña.
Vende sardiña e poderás comer galiña.
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