Según leo, el peral es originaro de Oriente Medio y uno de los frutales clásicos: manzano, melocotonero, cerezo, higuera, albaricoquero y peral.
Los romanos ya la apreciaban y lograron una cuarentena de variedades. El nombre en singular “pirum” dio en gallego “pero” (que es como se llaman las peras de invieno) y el plural “pira” da “pera” en gallego y en otras lenguas romances. Las comían crudas o cocidas; hacían vinagre o sidra de tal fruto; las cocían en vino o consumían en forma de mermelada. Extendieron el cultivo de este frutal por toda Europa.
En Galicia hay variedades deliciosas cuyos nombres apenas conocemos y los perales autóctonos van desapareciendo; es el caso de las peras de San Juan, antes tan abundantes y ahora difíciles de encontrar. Aquí lo de siempre: deberíamos cuidar los frutales autóctonos. Todo el mundo lo sabe y ahora parece que se está trabajando en el asunto.
De estas peras autóctonas traigo hoy aquí tres tipos: de una no conozco el nombre y las tres son deliciósas.
Esta primera viene de Larouco en la provincia de Ourense. No sé el nombre.
En casa se afirma que estas pequeñas son las “urracas”.
Las grandes las conocemos como “peras de manteca”.
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