2 kilos de membrillos sin pelar, pesados después de lavados, despepitados y desprovistos de las durezas leñosas interiores y troceados a octavos.
1,6 kg de azúcar
2 c/soperas de agua
Ponemos un recipiente al fuego con el agua en el fondo.
Añadimos el resto de ingredientes y dejamos cocer a fuego medio.
Cuando hayan transcurrido hora y media se tritura un poco con el minipímer.
A partir de aquí se ha de ir cuidando mucho para que no se pegue.
Si se quiere bien fino, un cuarto de hora después se vuelve a triturar y se va removiendo cuidadosamente para que no se pegue.
Se preparan los molde, sirven “tuperwares” del tamaño que consideremos conveniente, untándolos con aceite de oliva y se vierte el membrillo.
Se deja enfriar y se cubre con papel sulfurizado untado en coñac y se tapa.
Otra posibilidad es cubrirlo con film de cocina y taparlo.
*Es del todo necesario minimizar el consumo de azúcar, incluso no es mala idea eliminarlo del todo. No obstante, excepcionalmente podríamos permitirnos una pequeña porción de dulce, por ejemplo una vez al mes…
2 c/soperas de agua
Ponemos un recipiente al fuego con el agua en el fondo.
Añadimos el resto de ingredientes y dejamos cocer a fuego medio.
Cuando hayan transcurrido hora y media se tritura un poco con el minipímer.
A partir de aquí se ha de ir cuidando mucho para que no se pegue.
Si se quiere bien fino, un cuarto de hora después se vuelve a triturar y se va removiendo cuidadosamente para que no se pegue.
Se preparan los molde, sirven “tuperwares” del tamaño que consideremos conveniente, untándolos con aceite de oliva y se vierte el membrillo.
Se deja enfriar y se cubre con papel sulfurizado untado en coñac y se tapa.
Otra posibilidad es cubrirlo con film de cocina y taparlo.
*Es del todo necesario minimizar el consumo de azúcar, incluso no es mala idea eliminarlo del todo. No obstante, excepcionalmente podríamos permitirnos una pequeña porción de dulce, por ejemplo una vez al mes…
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