Vamos
hacer un sofrito con aceite de oliva, media cebolla, dos dientes de ajo, una punta de zanahoria, un trozo de apio, unas
tiras de pimiento rojo y unos tallos de perejil. Cuando está todo medio dorado, añadimos lardones finos de costilla de
cerdo, unos 100gr y para mitigar soledades, la morcilla asturiana desnuda y
troceada: hacia unos 80gr.
Revolvemos
para homogenizar el conjunto y mojamos con un
chorro de vino blanco seco: un jerez no está mal para la ocasión. Unos
quince minutos después tenemos el sofrito.
En bocadillo para el almuerzo en el cole... Un lujo!!!
Abrimos un bote de garbanzos de unos 600gr y los lavamos en el colador. Escurridos, van a la cazuela y sazonamos con sal, pimienta, comino y un aire de pimentón picante. Ponemos una pequeña cantidad de agua, el espesor de un dedo y dejamos cocer a fuego medio durante un cuarto de hora para que espese el conjunto. No es mala idea para esto esmagar media docena de garbanzos para que liguen la salsa.
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