¿Que a tus manos vino un abadejo fresquísimo…? Bien. Aquí tienes una manera de presentarlo sin despeinarte.
Lo
harás al horno porque es la mejor manera
de tratar a este pariente del bacalao.
La frescura será su principal virtud porque anda escurrido de grasa y
gelatina, tirando hacia lo seco y
breve. Al horno se comporta, pero en otras preparaciones racanea sabor y
textura.
Corta en rodajas el bicho – unos 150gr por persona- y sálalo con sal gruesa;
reserva.
Pela y haz rodajas de unas cuantas patatas; como una mediana por compiche
a la mesa. Reserva. Ataca unos
pimientos verdes haciéndolos tiras medianas. Reserva también. Un par
de cebollas para cada cuatro las harás láminas. Esperarán también.
Pon aceite de oliva virgen en una sartén amplia, caliéntalo suave y deja que se vayan sofriendo sin coger color. Dales la vuelta y echa cebolla y pimiento. Continúa el cocimiento habiendo añadido dos dedos de vino blanco caliente donde has infusionado unas cuantas hebras de azafrán. Todo a las patatas. Bajas el fuego, tapas y espera que todo se ablande sin estridencias de color.
Ahora enciende el horno para que
se vaya calentando; unos 175ºC está bien.
La patatas marcan el ritmo, en
cuanto estén blandas, unos quince minutos, habrás acabado esta parte de la
preparación.
Lo que estaba en la sartén tienes
que llevarlo a la base de la bandeja de horno y salarlo convenientemente.
Encima pon el pescado y embadúrnalo de AOVE
utilizando un hisopo de romero.
Pon un tanto de perejil picado grueso a su aire.
Déjalo en el horno unos 15 ó 20 minutos, no más que se secaría y pasaría a insípido. El abadejo tiene malas pulgas para la cocción…
Déjalo en el horno unos 15 ó 20 minutos, no más que se secaría y pasaría a insípido. El abadejo tiene malas pulgas para la cocción…
Controla como va quedando. Retira
de la estufa y déjalo reposar diez minutos para llevarlo a la mesa.
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