En
la pescadería pedimos que nos corten unos tres
trozos de raya por persona. Nos ha de retirar la piel oscura y raspar
escrupulosamente la blanca. Los salamos y reservamos.
Unas cuantas patatas peladas cortadas a cuartos
longitudinales.
Ponemos
agua al fuego con un casco de cebolla,
dos tiras de pimiento verde, una ramita de perejil y un chorro de aceite.
Salamos.
Cuando
comienza a hervir, ponemos las patatas y dejamos cocer a fuego medio durante doce
minutos, al cabo de los cuales retiramos del fuego y las dejamos con tan solo medio dedo de agua en el fondo
del recipiente.
Mientras
preparamos “a allada”. Aceite de oliva
en una sartén, dos ajos hasta dorar y retiramos el recipiente para que pierda
temperatura y podamos echar el pimentón dulce –no mucho, sino empalaga y
emborrona en lugar de dar sabor- y revolvemos.
Acercamos
al fuego y le ponemos un chorrito de
vinagre –prudencia, no demasiado- y lo mantenemos al fuego revolviendo para
que el vinagre evapore y el pimentón no se queme. Ponemos también un par de
cucharadas soperas de agua de la cocción de las patatas. Damos un hervor.
Mantenemos templada.
Ponemos
los trozos de raya sobre las patatas. Rociamos con la “allada”. Tapamos y
ponemos a fuego suave durante unos doce minutos más.
Controlamos
en punto de cocción y servimos rociando
con la salsa resultante y espolvoreamos pimentón
picante o dulce, al gusto.
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