¿2 personas?
A un manojo de espárragos verdes, le vamos sacando la parte más fibrosa por el sencillo método de cascarlos por el punto de corte doblandolos hasta que partán.
Los cortamos en trozos de unos pequeños conservando la yema entera. Los ponemos en sendos platos los tapamos con otro y ven tres minutos al micro a máxima potencia. Los sacamos salamos reservamos, yemas y resto por separado.
Con suerte nos hacemos con seis huevos de gallinas familiares. Dos nueces gruesas de la mejor mantequilla tomarán calor en la sartén. Antes de que se queme volcaremos los espárragos, reservamos las yemas, en la grasa y le daremos unas vueltas para que vayan cogiendo carácter.
Con los espárragos más ablandados en esta segunda cocción, verteremos en la sarten los huevos cascados pero no batidos, los salamos.
Iremos revolviendo y retirando del fuego con todo el cuidado del mundo para que no se cuajen en demasía: se convertirían en una toritilla desmenuzada y no queremos esto.
Salpimentamos.
El truco está en darle calor, revolver y retirar del fuego para que no acabe de alcanzar el punto sólido y lo que sería peor: la sequedad.
En el último momento añadimos también las yemas de espárrago.
Llevamos al plato y sobre el conjunto rallamos queso manchego y cebollino.
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