Nos hacemos con ocho muslos de pollo honrado que se haya criado correteando por
el corral. Limpio y prontos. Pimientos
rojos, verdes y amarillos; dos de cada. Los limpiamos de semillas y nervios
y troceamos en porciones generosas.
En aceite de oliva perfumado de ajo doramos ligeramente los muslos
después de haberos salpimentado. Reservamos.
Ahora van a la cazuela en esa
misma grasa la pimentada toda a la que damos un vuelco para que se impregne
antes de recibir el peso de los zancos.
Tapamos la olla y dejamos cocer a fuego bien suave. Soltarán los pimientos mucha agua. Dejamos que reduzca el líquido, si los muslos están cocidos los retiramos y continuamos reduciendo.
Servido en bocadillo para almuerzo. Aliñado con Tabasco chipotle...
Tapamos la olla y dejamos cocer a fuego bien suave. Soltarán los pimientos mucha agua. Dejamos que reduzca el líquido, si los muslos están cocidos los retiramos y continuamos reduciendo.
Al perder un cuarto del agua.
Ligamos con una nuez de mantequilla
y reincorporamos las patas de pollo. Servimos con pasta, arroz, quinoa o puré de patata. Es la mejor forma de disfrutar la
extraordinaria salsa que se produce cuando la gelatina de las patas liga el
jugo de pimientos.
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