Utilizando mandolina o cuchillo bien afilado, cortamos un repollo en finas tiras que pondremos a cocer con dos dedos de agua y las sal que solicite hasta que esté blando pero no blandengue.
Mientras cuece y nos proveemos de un "pesto" de albahaca en condiciones.
Podeis seguir la receta de este blog.
Sugiero que el cambio del queso parmesano por un manchego ovejuno y los piñones podemos substituirlos por almendras, avellanas o nueces. Siendo de calidad no le hacen daño.
Escurrimos bien el repollo, reservamos un vaso de agua de cocción y lo llevamos al recipiente donde coció. Damos fuego suave y vertemos a discrecion el pesto por encima.
Revolvemos para que se impregne bien y si se empastase verteríamos un poquito del agua de cocción para que la salsa corriese.
Emplatamos y esparcimos por encima queso rallado y nueces partidas.
El repollo se puede aliña en frío y comer como ensalada.
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