Se compran unas hermosas rodajas de
merluza o, ya puestos la merluza entera; no obstante hoy cocinaremos desde
el cogote hasta la zona donde comienza e estrecharse, en la cola. El resto lo podemos
preparar de otras formas.
Muy importante, la merluza: debe
estar perfectamente escamada. Habla el asunto con la pescadera de confianza
que a estas alturas seguro que ya tienes adoptada. Bueno o ella te adoptó a ti.
Pues bien, pica bien fina una
cebolla y un diente de ajo lo
pones a sofreír con aceite de oliva
en una cazuela de fondo grueso.
Vale, si no tienes una, utilizad la que puedas. Se trata de que el sofrito se haga bien despacio y sin quemarse.
Mientras tanto, pelas una patata por
persona y las haces rodajas.
Pon medio vaso de agua a
calentar y antes de hervir retiramos. En esa agua echa cuatro hebras de azafrán y deja que infusione.
Cuando la cebolla va perdiendo el orgullo y bladea, añade perejil picado y moja con un poco
de agua azafranada.
Ahora lleva las patatas a la cazuela y también el resto del agua. Sazona ligeramente el conjunto.
Cuida que el agua no sea mucha, que apenas cubra las patatas. Deja cocer durante
unos veinte minutos.
Al estar prácticamente cocidas, corona con la merluza salpimentada y rocia con unas gotas de vino blanco.
Tapa y deja cocer unos diez minutos. Al cabo de los cuales
revisa que esté bien cocida sin estar acartonada. No deben quedar zonas
sanguinolentas en torno a la espina central.
Si está correcta, a la mesa y a gozar.
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