Arrancaremos poniendo a remojo un buen puñado de pasas en agua caliente o, si andamos inspirados, en Oporto o Jerez dulce. (Esto de los vinos no es de la receta original)
Tostaremos y dejaremos a la espera cantidad similar de piñones nacionales; puntualizo esto porque los de origen chino no saben ni huelen, así que no hay porqué utilizarlos.
Si a mano hubiese unos lardones finos de tocineta, los saltearíamos en aceite antes de volcar en el las espinacas crudas o ya cocidas y escurridas. Al poco añadimos piñones y pasas, sal y pimienta. Dejamos que tome calor y llevamos al plato.
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