Esta operación nos dará
aproximadamente un litro y medio de caldo que podremos utilizar para preparar
arroces, guisos, sopas de distinto tipo o para tomar directamente.
Es casi un caldo de
aprovechamiento al viejo estilo de las cocinas clásicas. Digo casi, porque el kilo y medio de costilla de ternera la
compré para asar pero acabó en el caldo. Sería cuestión de comprar huesos de ternera y no emplear un corte
tan noble.
El resto de ingredientes sí
vienen de lo ahorrado…. Al pelar cebollas
para sofrito, debemos guardar congelar
las puntas y capas más externas; lo mismo sucede con apio, champiñones, judías verdes,
zanahorias, perejil, cebollino, hinojo, ajo, etc. Al asar un pollo, lo servimos deshuesado y guardamos
carcasa y huesos también en el congelador.
Al cabo nos hacemos con una
bonita bolsa de verdura aromática y esqueletos congelados. Comprando huesos de
ternera lo ponemos todo en el fondo de la olla, cubrimos bien de agua y echamos un buen chorro de vinagre. Salamos y dejamos hervir por espacio de
seis horas en olla tradicional a muy baja temperatura o doce en olla lenta
también a baja.
Colamos y guardamos. Es buena
idea congelar y tener siempre caldos listos para enriquecer distintas
preparaciones.
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