Nos hacemos con un kilo de almejas
de la ría. Si nos aseguran que estuvieron en agua salada soltando arenas
podemos proceder a cocinarlas sin más. De lo contrario es conveniente dejarla
como mínimo seis horas en agua salada para que se desdigan de ellas.
Recordemos, agua de mar o agua con abundante sal marina.
Ponemos los animalillos en un recipiente al fuego con medio dedo de agua y en cuanto abren retiramos el
recipiente y cambiamos todo su contenido a uno frío y dejamos sobre una
superficie fría para que no recuezan.
Hecho esto, picamos una cebolla
grande tanto como podamos, lo mismo hacemos con seis ramas de perejil y un
diente de ajo. Lo ponemos a pochar en un chorro de aceite de oliva y su sal,
poca: si es necesario rectificaremos al final. Añadimos un poquito de pimentón dulce, pimienta y un sobre de
azafrán. Es un momento de añadir una cucharada sopera del agua que soltaron
las almejas. Se trata de que el sofrito poche sin que tome color, que espese
sin tostar y para esto habrá que ir añadiendo agua de las almejas que le dará
sabor y la humedad necesaria. Cuando el sofrito está cocido y a punto, añadimos
las almejas, humedecemos con agua, le damos un hervor y a correr.
Luz a la mesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario