Antes de nada y muy principal,
nos hacemos con un “botelo” en
condiciones. Cuanto mejor haya sido criado en marrano, mejor que mejor. Si
nos metemos en embutidos, que sean de buena calidad que, ya encaminados, merece
la pena.
Lo coceremos envuelto en un paño de algodón durante un mínimo de dos o tres horas
en hervor suave y continuo.
Estando cocido, añadiremos las
patatas, hortalizas y verdura en la
cantidad deseada pensando en el número de comensales. Un “botelo” mediano
alcanza a gusto para cuatro o cinco persona que coman comedidamente. Es plato
de sabor recio y hay que entrarle con tiento y moderación. Aconsejo abundar en
guarnición que lo complemente y domestique.
Puestos a fantasear: añadamos, alubias, garbanzos, abundantes berzas,
colinabo, zanahorias, patatas… Se trata de primar la verdura y hortaliza
sobre la densidad del embutido. Bien, a
la hora de la verdad cada quién hará lo que pueda o quiera.
Cocidos todos los elementos, deben
emplatarse en fuentes espaciosa y abrirlo para que cada invitado vaya
construyendo su plato.
Para los que desconozcan el material,
aconsejo recurrir a este enlace que los ilustrará sobre la fiera: https://es.wikipedia.org/wiki/Botillo
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