viernes, 12 de julio de 2019

Pollo asado en "cocotte" con salsa de cebolla y apio



Tómese un pollo honrado que haya vivido  feliz y contento picoteando libre. Límpiese convenientemente y salpimiéntese el interior. La exterior se untará con un engrudo de mantequilla, sal y pimienta.
Dispóngase con previsión una “cocotte” o cazuela de fondo grueso en la que la pieza quepa cómoda con buen aceite de oliva. En esta grasa se dorará la pieza sin dejar lado sin este cuidado. Hecho, se retira.
Prevéngase, mientras tanto, cortar una cebolla en aros gruesos como de medio centímetro; alguna rama de apio al tamaño de  patatas fritas y un par o tres dientes de ajo que, chafados, irán con el resto de vegetales al fondo de la cazuela.  Se trata de hacer cama que humedezca la pieza durante la cocción al tiempo que aporta aromas a la carne blanca del ave.
Sobre este lecho, reposará la gallinácea. Tápese la cazuela y dulcifíquese el fuego a intensidad media –baja. 

 

Al cabo de unos cuarenta y cinco minutos, aproximadamente, se descubrirá el recipiente y apreciándose un pollo con la cocción adelantada y vegetales cocidos en un caldo sabroso.
Retírese pollo y verduras por separado. Se reducirá el líquido de la perola  casi en su totalidad y,  al instante, el pollo se volverá a la cazuela con la intención de que coja color en cocción más seca a fuego medio. Es precaución importante, adicionar más mantequilla para que no se pegue el animal y voltearlo convenientemente para que se haga con bonito color por todas sus caras.
Se vuelve a poner a resguardo la pieza y todas las verduras pasan a desglasar las caramelizaciones del fondo del recipiente; ayudará a este trabajo,  un chorro de blanco seco o fino de Jerez. La cocción lenta de este fondo se favorecerá con el chafado y sazonado de las verduras, dando salsa espesa y sabrosa en la que el pollo volverá a tomar temperatura antes de ser trinchado y servido.
Aquí fue salseado y acompañado por ensalada de repollo aliñada con vinagreta y mahonesa casera.






No hay comentarios: