Para freírlas sin rebozar, hay que, ante todo,
secarlas cuidadosamente con un paño.
La enroscamos sobre si mismas después de salarlas
y las vamos poniendo en aceite de oliva bien caliente. Las emplatamos después
de ponerlas a escurrir sobre papel de cocina.
De este modo evitamos la utilización de harina y
conseguimos freír sin que se pegue el pescado.
En Galicia, la carioca es la pescadilla con el
rabo en la boca. Sí freímos las pescadillas estiradas siguen siendo
pescadillas, pero, curioso, con el rabo
en la boca pasan a llamarse cariocas. De todas formas consultando diccionarios
leí lo que sigue, es interesante:
Carioca:
Gadus poutassou (Risso),
Bacaladilla: (...). Etim. Posiblemente del brasileiro carioca 'natural de Río',
del tupí kara'i 'blanco' + oka 'casa' (Cft. Machado, DELP, s. v.). La voz
carioca se difundió bastante en Galicia (y supongo que en otras regiones
españolas) como nombre de un baile brasileiro. Quizá los saltos de las
pescadillas al ser sacadas del agua recuerdan los movimientos del baile de la
carioca, y de ahí, festivamente el nombre del pez. Propiamente carioca es la pescadilla. (..).
M. do Carme Ríos Panisse (1977): Nomenclatura de la
flora y fauna marítimas de Galicia. I. Invertebrados y peces, Universidade de
Santiago, Verba anexo 7
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