sábado, 26 de octubre de 2013

Pan de castañas


750 gr. harina
200 gr. azúcar
200 gr. uvas pasas limpias de pepita
300 gr. castañas cocidas, limpias y picadas (anís, loureiro e sal)
1 sobre delevadura Royal
2 huevo
30 gr. mantequilla a punto de pomada
½ l leche fría
½ cucharadita de sal
Más mantequilla para untar el molde


 Cocemos las castañas cubiertas de agua, a la que habremos añadido sal, uan hoja de laurel y un estrella de anís. En unos quince minutos de cocción suave estarán cocidas. Las limpiaremos de la piel fina que las recubre y las picaremos convenientemente. Reservamos.

Po r otro lado. ponemos la mantequilla en un recipiente suficientemente amplio para que quepa toda la masa. Batimos con una espátula a temperatura ambiente hasta que tenga textura de crema. A esta crema le añadimos los huevos, el azúcar y la sal. Este conjunto lo batimos más hasta formar un todo homogéneo. Ahora vamos a añadir las pasas y las castañas cocidas troceadas.
En una taza mezclamos 5 c/soperas de harina con el sobre de Royal y lo añadimos a la masa anterior.
La harina restante la añadimos poco a poco mientras vamos revolviendo con una espátula grande o las mismas manos. Hemos de procurar que no quede muy seca.
Se llena un molde alargado, un molde de calke -previamente untado de mantequilla y espolvoreado de harina,- con la masa y se deja reposar durante una media hora.
Precalentamos el horno a 180ºC y lo cocemos manteniéndolo cubierto con un papel de hormo engrasado de mantequilla..
Tardará unos 45 minutos en cocer. Estará listo cuando, pinchando hasta el centro con una aguja, esta salga limpia.








Medias negras

En Línares, Baeza, / toreaba con el bolso a los tranvías, / llevaba medias negras, /estaba como un tren de cercanías.
Me dijo: "¿Tienes fuego?, / tranqui, que me lo monto de legal, / salí ayer del talego, / Qué guay si me invitaras a cenar".
Me echó un cable la lluvia, / yo andaba con paraguas y ella no / -"¿A dónde vamos rubia?" / -"A donde tú me lleves"-contestó.
Así que fuimos hasta / mi casa -"Que es el polo"- le advertí. / -"Con un colchón nos basta, / de estufa, corazón, te tengo a ti".
Recalenté una sopa / con vino tinto, pan y salchichón; / a la segunda copa, / -"¿Qué hacemos con la ropa?"- preguntó.
Y yo que nunca tuve / más religión que un cuerpo de mujer, / del cuello de una nube / aquella madrugada me colgué.
Estaba solo cuando / al día siguiente el sol me desveló, / me despertó abrazando / la ausencia de su cuerpo en mi colchón.
Lo malo no es que huyera / con mi cartera y con mi ordenador, / peor es que se fuera / robándome además el corazón.
De noche, piel de hada, / a plena luz del día,  Cruella de Ville. / Maldita madrugada, / y yo que me creía Steve McQueen…
Si en algún paso cebra / la encuentras, dile que le he escrito un blues; / llevaba medias negras, / bufanda a cuadros, minifalda azul.
(Joaquín Sabina)

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