Esta semana va de “fondos de nevera”. Ahora vienen a la huerta los pimientos y llegan en abundancia y todos a la hora. En casa nos gusta tenerlos asados y disponibles para servir de guarnición de pescado, carne o huevos.
La receta
Untamos cuatro pimientos lavados y secos con aceite. Los ponemos en una fuente de horno y los llevamos a asar a 200º durante media hora.
Cuando los encontramos asados al pinchar, los retiramos, tapamos la fuente con papel de cocina y dejamos que suden para facilitar el posterior pelado.
Colamos el líquido que han soltado durante la cocción.
Le retiramos completamente las semillas.
Esto es importante porque dejarlas representa favorecer la fermentación de la conserva.
Retiramos completamente la piel y cortamos en tiras más bien finas.
Las depositamos en un recipiente de bordes altos.
Laminamos cuatro dientes de ajo y los mezclamos con las tiras de pimiento.
Al pimiento cortado añadimos un poco del jugo soltado durante la cocción y aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta recién molida.
Revolvemos el conjunto y ya podemos comer.
Los mantenemos en un lugar fresco o en la nevera.
Cuando los encontramos asados al pinchar, los retiramos, tapamos la fuente con papel de cocina y dejamos que suden para facilitar el posterior pelado.
Colamos el líquido que han soltado durante la cocción.
Le retiramos completamente las semillas.
Esto es importante porque dejarlas representa favorecer la fermentación de la conserva.
Retiramos completamente la piel y cortamos en tiras más bien finas.
Las depositamos en un recipiente de bordes altos.
Laminamos cuatro dientes de ajo y los mezclamos con las tiras de pimiento.
Al pimiento cortado añadimos un poco del jugo soltado durante la cocción y aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta recién molida.
Revolvemos el conjunto y ya podemos comer.
Los mantenemos en un lugar fresco o en la nevera.
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