Nos
hacemos con un solomillo de cerdo
que trocearemos y salpimentaremos al
gusto. Lo doraremos en aceite añadiendo al final dos dientes de ajo fileteados y dos morcillas asturianas desprovistas de tripa y ligeramente
desmenuzadas. Reservamos.
En
la grasa residual, empaparemos la quinoa una vez lavada.
Echamos
mano de una “paella” en la que acomodaremos las carnes y la quinoa.
Añadiremos caldo de verduras en proporción doble al de la quinoa después de
haberlo llevado a hervir en el recipiente en el que hayamos realizado las
anteriores preparaciones. Ajustaremos la
sal.
Veinte
minutos de cocción serán suficientes
para que la cocción se complete; los primeros cinco a fuego vivo y los
restantes reduciendo la intensidad para que cueza suave.
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