Adobamos durante un mínimo de
doce horas y un máximo de veinticuatro, una
pechuga de pollo reducida a cubos generosos con ajo machado, perejil trinchado,
pimentón dulce, pimienta y zumo de limón.
Ponemos aceite de oliva en una sartén o cazuela de bordes altos y doramos
el pollo a conciencia. Hecho, lo dejamos a fuego muy bajo después de mojar con vino blanco seco con el que desglasamos
y nos sirve para espesar la salsa.
Versión bocadiillo...!!!
Mientras tanto emplatamos después de sazonada lechuga, tomate y aguacate. Sobre este conjunto colocamos la pechuga cortada y con su punto de sal flanqueada por pepinillo en vinagre y salseamos con mostaza antigua emulsionada con AOVE y regamos con zumo de limón.
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