¿Dos/Tres personas?
Disponemos de unas patatas cocidas con anterioridad.
Acometemos un sofrito en aceite do
oliva con una cebolla mediana picada, ½ pimiento rojo y
otro tanto verde trinchados bien menudos, 2 dientes de ajo laminados y unas ramas de perejil pulverizado.
Lo dejamos pochar lentamente y cuando está casi a punto le añadimos un tomate grande reducido a cubitos y
salamos.
Lo colamos a última hora y casi a traición porque el tomate, con su gran
cantidad de agua, manda en los sofritos
y si lo pusiéramos antes no dejaría caramelizar el resto de ingredientes que
cocerían sin dorar. El sofrito concentra
los azúcares naturales; la cocción, no.
Cuando el conjunto haya perdido agua y el tomate comience a espesar, incorporamos los trozos de bacalao fresco salpimentado a la
cazuela y las patatas ya cocidas irán detrás. El agua propia del pescado será
suficiente.
Esta ensalada acompañó al pescado. Tomates y cebollas de huerta conocida... ¡Fiesta para el paladar!
A fuego tranquilo no debería necesitar más que unos diez o doce minutos
para el bacalao cocer y las patatas coger el calor necesario. Dejamos reposar
cinco o diez minutos. Ponemos la mesa y
echamos una charleta. Ahora, sí… a comer.
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